De por vida quedara reservado un espacio en mi corazón para este lugar. Aquí pasare mi mes completo. El impacto visual junto a la fuerza mental por mantenerte arriba comienza ya en los 30 minutos de paseo que separan Casa Madre del Prem Dan.
A las 06am me levanto, me voy a “mother house” donde nos reunimos los voluntarios, algunos ya allí desde las 06am para asistir a la misa. Desayunamos “cha” ( un té con leche, canela, azúcar y cardamomo ) y unas rebanadas de pan bimbo y a veces con suerte plátanos.
Y cada uno se dirige a su centro. 30 minutos de paseo más que suficiente para llegar con el corazón encogido. Imagínate a ti mismo andando por una calle de tu ciudad comiéndote un panecillo. Ya te lo has imaginado? Ahora imagina que bajas el brazo con el panecillo en la mano y un niño te lo arrebata de la mano. Es el gesto de tirar el panecillo y que no llegue a tocar suelo. Esto es el hambre de Calcuta. No querer más y que te lo quiten de las manos.
Prem Dan, un edificio con un ala de 50 mujeres y otro ala con 50 hombres divididos en dos plantas.
Funciones desarrolladas que te dejan el alma al descubierto:
-Mujeres con tuberculosis, sarna, cáncer, deformidades, ciegas, mudas, incapacitadas mentales, rostros y cuerpos desfigurados y quemados por ácido y todo tipo de enfermedades físicas y psíquicas por diagnosticar.
Tratare de ser lo más sutil posible para no herir sensibilidades.
· Cadena de lavado donde cada una se encarga de un proceso: separación de ropa, manguerazos a excrementos, desinfectante, lavado a mano, suavizante, enjuagado y escurrido. Para acumularlo en cubos y subirlo a la azotea donde tenderlo todo. Trabajo físico duro.
· Montaje y desmontaje camas para que las masis y nosotras podamos fregar y lavar colchones de plástico, recolocar las estructuras, hacer las camas con los empapadores.
· Destendido: recogida de la ropa de la terraza y colocación en armarios.
· Atención a las enfermas. En esta parte me detengo. Aquí te estremeces durante un par de horas y no abandonas los escalofríos en días. Te cambias los guantes y te colocas la mascarilla. Entras en contacto con las enfermas. Les pones crema por el cuerpo. Descubres su fragilidad, sus defectos, sus heridas, su ternura, sientes el calor de su piel y te das cuenta de lo diferente que es tu cuerpo, sin yagas, sin huesos deformes, sin pellejos, sin dolor. No puedes evitar que se acelere el pulso y aumente tu ritmo cardiaco y fuerzas tus ojos para no verter ni una lágrima. Te besan las manos, te hablan en hindú y quieres morirte de amor. Les cortas las unas que nunca hubieses llamado por ese nombre y donde ni siquiera un cortaúñas es capaz de hacer su función. Y se emocionan cuando se las pintas de algún color. Hasta que alguna pronuncia la palabra “toilet”, la única que conocen en inglés.
· Toilet: La mayoría no llega al WC y otras muchas ni siquiera pueden/puedes moverlas de la cama. Arrastras las sillas provocando un ruido estremecedor hasta el aseo dejando en algunos casos surcos por el camino y cuando llegas tan solo queda desnudarlas, lavarlas, ponerles ropa limpia y almacenar la ropa que lavaras al dia siguiente. Por supuesto, como no han llegado al baño a tiempo realizas el mismo camino para limpiar todo aquello que han ido soltando por incontinencia.
· Curas: Las curas en el dispensario son terribles, cuerpos abiertos, heridas depurantes y de tamaños inconcebibles, gritos de dolor de las curas sin anestesia ni formol.
Hoy mi corazón ha vuelto a paralizarse al ver dos camas vacías y un bulto envuelto en sábanas blancas.
-“Sister, where is Pushpa?”
-“Home”
Del resto de curas, por su alto grado de…prefiero no hablar.
· Comida: Se les da de comer, a muchas de ellas tienes que hacerles el avioncito, son incapaces por sí mismas.
· Lavado vajilla: Después, arrodilladas en el suelo y con mangueras, lavamos todos los platos. Arrodillarse y llenarse de agua sucia y comida es lo más fácil de Prem Dan.
A las 13 horas, de vuelta a Sudder Street y a esperar al siguiente día de Prem Dan.
Que hago el resto del día?
Tratar de asimilar la jornada para llegar con energía al siguiente día. Y callejear y disfrutar del resto de amigos y voluntarios mágicos que encuentras. Y antes de dormir piensas…al menos ellas no están en la calle.
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